Es la historia de una familia, de un sueño y de un futuro lleno de posibilidades que empezó aquí mismo en Monzón.
La relojería que daría paso a todo esto fue fundada en el año 56, ha llovido sí. En un local muy pequeñito, pero con un sueño tan grande que el tamaño de la tienda era lo de menos.
En los inicios, la relojería daba servicio de óptica, en un tiempo en el que las gafas no es que fueran un objeto cotidiano como ahora.
Las gafas en los años 50 eran un auténtico lujo. Sin embargo nuestra filosofía siempre fue ayudar a cualquiera que entrara por la puerta.
Isidro y Patrocinio, fundadores de Aineto Mata apostaron por la educación y el futuro de Daniel José, un jovencito con unas ganas tremendas de aprender y de ayudar.
Daniel José mi padre, nació en Alquézar pero muy prontito fue acogido bajo la tutela de la pareja de relojeros para cambiar su vida totalmente.
Y con ella, la nuestra.
Mi padre entró de lleno en el mundo de la óptica.
Que pequeño se quedaba Monzón al lado de la Barcelona donde empezó a cursar sus estudios de Óptico de Anteojería en el Instituto Daza de Valdés.
En 1961 Pilar, se unió al proyecto ocupándose de la joyería. No solo formaron un proyecto empresarial, también empezaron una vida juntos.
Gracias también por eso.
El caso es que juntos, hicieron de Aineto-Mata Ópticos un referente en la zona. ¿Sabías que fuimos la primera óptica aquí en Monzón? Sí, así como lo oyes.
Y te diré más, fuimos una de las primeras ópticas de Huesca, esto es casi histórico 🙂
Y bueno, ahora dejamos atrás el pequeño local de los inicios, había que soltar para avanzar.
Estamos en el Pasaje Loarre y ahora este es nuestro hogar.
Nuestro hogar. Nuestra óptica. Tú óptica.
Lo que empezó con Daniel José y Pilar, ahora continúa conmigo, su hija.
Que se dice pronto, pero es una responsabilidad enorme, porque siempre quiero estar a la altura de mis padres. Aunque también es un orgullo haber podido aprender de los mejores.
Así que sí, la tradición sigue.
Crecí entre gafas, historias y un amor inmenso por este oficio.
Trabajar con mis padres fue un regalo y nunca podré estar lo suficientemente agradecida.
Espero que hayas leído esto con el mismo cariño con el que lo he escrito, porque en Aineto-Mata Ópticos, tú eres parte de nuestra historia.
Parte esencial.
Quiero que sepas que cada visita, cada graduación, cada par de gafas, lleva un pedacito de nuestra alma. Queremos que cuando entres, sientas esa conexión, esa pasión que nos mueve.
Aquí estamos, en Monzón, esperándote. Para ver y vivir la vida juntos. Somos una familia y te damos la bienvenida de corazón.
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